martes, 3 de agosto de 2010

El hombre sentado en el sillón de piel marrón aparece sonriente, con el bigote perfectamente recortado y vestido de negro. Miguel Ángel Almaraz Maldonado concede una entrevista a medios locales el 15 de enero de 2008, en la que llama a votar por Jesús Ortega Martínez para que dirija la estructura nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Almaraz habla en su condición de coordinador regional de la campaña de Ortega, desde sus oficinas en Río Bravo, Tamaulipas.
Medio año antes, en el verano de 2007, uno de sus contendientes por el cargo de presidente municipal, Juan Antonio Guajardo Anzaldúa, del Partido del Trabajo (PT), le había señalado como dueño de al menos 45 mil litros de gas condensado sustraído de la Cuenca de Burgos para su venta en Estados Unidos. El combustible había sido localizado por militares en una de sus bodegas, el 21 de marzo de ese mismo año.
Guajardo murió acribillado meses más tarde, el 29 de noviembre, mientras impugnaba el resultado de la jornada electoral, efectuada 18 días antes. En el ínter, otros 820 mil litros de gas condensado fueron decomisados por el Ejército, en pipas y tractocamiones en los que pretendía llevarse a Texas. Detrás del político de altos vuelos, Almaraz encarnaba al gran operador de los saqueos contra Petróleos Mexicanos, respaldado, según las acusaciones de Guajardo, por las estructuras locales del crimen organizado.
Debieron transcurrir 14 meses para que Almaraz quedara bajo arresto. La Policía Federal lo presentó ante la opinión pública el 31 de marzo de 2009. Vestía igualmente de negro y llevaba el mismo corte de bigote, pero su sonrisa había desaparecido. Al ex dirigente estatal lo detuvieron en plena campaña por una diputación federal.
Jesús Ortega Martínez era ya presidente nacional del sol azteca, pero su viejo colaborador enfrentaba acusaciones graves: encabezar una organización dedicada al robo de combustibles para insertarlos en las redes comerciales del país vecino, todo en coordinación con Los Zetas, el poderoso grupo local del narcotráfico.
La suerte judicial de Almaraz, sin embargo, no está echada. El proceso que se le sigue parece aguardar la resolución de otro caso inédito, arraigado en una corte federal de Houston.
En junio de este año, Pemex hizo pública la demanda interpuesta en contra de las empresas BASF Corporation y Murphy Energy Corporation, a quienes acusa de alentar y tomar parte del robo de condensados en la Cuenca de Burgos. Adicionalmente, la paraestatal involucra a Trammo Petroleum Inc., Valley Fuels y US Petroleum Depot Inc., así como a varios particulares. Tomado del Universal.

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